Reencounter not very desirable [Priv. Yumi, Simbad]

Después de aquel encuentro con Simbad hubo muchas preguntas y para muchas de ellas no había respuestas ¿Cómo se supone que iba a explicar yo como se había destruido una calle entera? era algo difícil. También lo era explicar donde me había hecho las heridas que tenía, porque no eran heridas normales ¡Y dolían mucho! menos mal que no soy un ser humano, sino no quiero ni pensar lo que habría sido de mi. Aunque otra cosa que nos delató fue el hecho de que el familiar de Saku-chan estuviese podrido.

Cuando les conté todo lo que había pasado, más que enfadados parecían sorprendidos ¿por qué? porque según ellos, luchar contra un rey demonio y salir viva cuando aun no eres exorcista era algo muy extraño ¡pero si ni lo había derrotado! a demás ¿que clase de exwire se creían que era? y estaba segura de que el demonio no había luchado contra mi, dudaba mucho que un rey demonio me hubiese herido tan poquito. Eso sí, por muy sorprendidos que estuviesen, del castigo no me libré. Tuve que limpiar todo lo que había ensuciado ¡Y no me podía escapar! había profesores encargados de que no lo hiciera, eso era todo un gran fastidio ¿por qué no lo limpiaban ellos? yo soy la menor de edad que no soy consciente de mis actos y ellos son los profesores que se tienen que hacer cargo de lo que hicieron sus alumnos ¡Así que lo tenían que hacer ellos! pero como estaba yo solita tardé más. Saku no me ayudó porque le dije que ella solo me ayudó, que no había hecho nada malo ¡Y lo que me costó convencer de eso a los profesores! se ve que portarse siempre mal e intentar escaquearse siempre afecta bastante a la confianza.

Pero de todo lo dicho anteriormente ya pasó hace varios días, así que ya no tengo que hacer nada. Ya no volveré a ir a ningún castigo, el que tuve valió ya por todos los que me pongan por el resto del curso, al fin y al cabo, tuve que limpiar una calle entera, y no fue especialmente poco.

Hoy me desperté muy cansada, pero mi gatito se encargó de no dejarme dormir -Neko, hoy no iré a clase ¿vale? no creo que me echen mucho de menos- le dije a mi gatito mientras me sentaba en la cama, con lo cómoda que estaba yo durmiendo ¿por qué me tenía que levantar? Eso de despertarse por la mañana no me gustaba nada. Moví mi cola de un lado a otro mientras me iba a ponerme la ropa. A mi gato parecía gustarle, porque la estaba siguiendo con la mirada hasta que sentí como me la mordía -¡AAAAAUUU!- grité mientras daba un buen salto. Si no hubiesen estado todos desiertos, los habría despertado yo -Neko, no hagas eso, que duele mucho- le dije con el ceño fruncido a mi gatito mientras me agarraba la cola ¡Menudo mordisco que me había dado! dolía mucho.

Luego salí del recinto sin que nadie me viese y me dirigí al bosque, donde siempre iba cuando me escapaba. Lo que no me esperaba encontrar allí era la presencia de aquel demonio que había visto el otro día -¿Qué haces aquí, demonio?- le pregunte agarrando mi espada envainada.

Volteé bruscamente al sentir a otro demonio, bueno, en este caso se trataba de una chica. La miré con el ceño fruncido y de forma amenazantes mientras agarraba con fuerza mi espada, si aquella demonio se atrevía a dar un paso hacia mi sacaría mi espada. Fruncí el ceño al escuchar sus palabras ¿su hermano era Simbad? -Sí, ya lo encontré días antes y por su culpa me quedé varios días limpiando ¿por qué? ¿te interesa tanto?- le pregunté de forma un tanto arisca y arrogante, yo creía que podría tener un buen día luego de estar tanto tiempo limpiando, pero no, resulta que me voy al bosque y me aparecen 2 reyes demonios ¿tendría que estar agradecida? porque de agradecida no tenía nada, es más, estaba muy molesta con mi suerte.

-Yo no estoy tan encantada de conocerte, así que eso no lo pienso decir. Mi nombre es Aika y tengo 13 años- le dije aún molesta y con le ceño fruncido ¿por qué 2 demonios tenían que venir a fastidiarme el día? con lo tranquila que estaba yo ¡Siempre vienen en los momentos menos inoportunos! -Otra cosa demonio, ya estoy bastante enfadada ¡así que no me molestes más! puedes ser todo lo reina que quieras ¡pero aquí no vengas a fastidiarme el día!- le dije enfadada.

Luego vino Simbad -¿Ahora vienes tú? eres muy molesto ¿sabes? y a mi tampoco me hace mucha gracia lo de encontrarme contigo- le dije con gesto arrogante y de superioridad al demonio -Si han venido para tocarme la moral, les juro que lo están consiguiendo- les dije a los 2 demonios mientras agarraba más fuerte mi espada, de verdad que eran bien molestos y odiosos los demonios, algunos más que otros, y solo uno de los que conocía se salvaba de todo eso.

Me crucé de brazos y los miré con mala cara -¿Aún siguen ahí? ¡lárguense de mi vista, tontos demonios! ahora no estoy de humor para nada, ya me enfadaron más de lo que estaba, felicidades- dije esta última palabra con gesto irónico -Y si piensan que 2 reyes demonios me van a intimidar, están muy equivocados, no tengo nada de miedo- bueno, esto último era mentira, sí tenía algo de miedo ¡Eran 2 reyes demonio contra mi, que solo soy un semi-demonio! hay diferencia, pero esa parte de mi que se moría de miedo se quedaría dentro de mi, y jamás saldría a la luz, no quiero contar que me morí de miedo frente a dos reyes demonio, acabaría con mi reputación y sería el hazmereír de la academia.

-Una pregunta ¿a que han venido, demonios?- dije esta última palabra con todo despreciativo, sabía sus nombres, pero me daba igual, no los pensaba decir, para mi solo eran unos demonios que me estaban molestando mucho, cosa que no me gustaba nada, pero es que nada de nada.