Jugando y conociendo gente (Maki)

Hoy estaba aburrida, no tenía nada que hacer, ni tampoco nadie con quien jugar ¡y yo quería jugar, que sino me aburría mucho! porque claro, si no haces nada, al final acabas muy aburrida, y eso es malo, ya lo decían en la tele, no hay nada peor que el aburrimiento, bueno sí, si lo hay, hay cosas peores, pero el aburrimiento es malo y aburrido.

Como no sabía que hacer, me fui a pasear por la calle, y como hacía buen día, decidí que lo mejor sería ir a la playa y bañarme, o al menos mojarme un poco los pies ¡sería muy divertido! corrí lo más rápido que podía hacia la playa, casi me choco con algunas personas y con otras me choqué, pero es que iba muy rápido y había demasiada gente ¡Ni que allí hubiese alguna fiesta! y si la había... ¿por qué no me habían avisado? bueno, tampoco me iba a parar allí, tenía una playa a la que llegar.

Cuando llegué, me quité los zapatos, me puse el bañador, me quité el bañador porque aún no era el momento de ponerlo, me quité la ropa y me volví a poner el bañador. Cuando ya lo tenía todo, me fui al agua, estaba muy fresquita y refrescaba mucho, lo bueno es que del aburrimiento solo quedaba un mal recuerdo que prefería no recordar. Entonces vi una chica que me llamó bastante la atención, se encontraba leyendo un libro, decidí acercarme a ella, estaba mojada, pero me daba igual -Hola yo soy Kohana ¿tú quien eres? ¿qué lees? ¿cuantos años tienes? ¿el libro es interesante?- le pregunté mientras me sentaba a su lado, había hecho muchas preguntas, pero no eran imposibles de responder como la pregunta "¿cuando morirás?" o cosas por el estilo.

Era un día tranquilo, sin muchas cosas que hacer. Uno de esos día en que el tiempo está necesitado de cosas que lo llenen. Pero la pregunta más importante era ¿cuales son esas cosas con las que debes llenarlo? Era una pregunta complicada pues la respuesta resultaba ser diferente para cada persona. Algo que te gustara, lo que tenías que hacer, o simplemente dejarlo estar, vacío, en una tranquilidad pura y suave como la seda. Todo dependía de lo que más ajustara a tu situación y a tus posibilidades. En mi caso la situación era el más puro aburrimiento y mis posibilidades se me ofrecían casi infinitas.

Al final, sin darle más vueltas, me decidí y tome en mis manos el libro que reposaba sobre mi mesilla y salí de la habitación de la academia.

Una vez fuera empecé a caminar sin rumbo. Tenía todo el mundo por delante y mucho tiempo libre para explorarlo. No tenía que hacer más que seguir caminando, mover primero un pie, luego el otro, y así sucesivamente ¿Mi destino? Quien sabe. Quizás una plaza desierta o la marea de gente que recorría una gran calle comercial. Me daba lo mismo. Solo debía seguir hacia delante y todo llegaría a su debido tiempo.

Y, como todo en esta vida, mi destino llegó. Tenía forma de una gran masa de arena depositada a orillas del mar en la que la gente se había reunido para calmar el calor. Una playa. No tenía traje de baño así que me quede en la zona alta de la arena, donde una linea de árboles proyectaba su sombra aliviando así el calor. Me senté en el suelo apoyando la espalda contra el tronco de un árbol. Allí abrí el libro por la página en la que se encontraba el pequeño papel que me servía de marca-páginas.

Un rato después de estar yo leyendo apareció junto a mi una niña. A primera vista parecía completamente normal pero sentía algo extraño en ella. De todos modos no le di importancia, yo no tenía ninguna clase de sexto sentido que permitiera detectar cosas en los demás. La niña parecía tener ganas de hablar. Al parecer se llamaba Kohana y comenzó a bombardearme con preguntas inocentes como mi edad o sobre el libro que estaba leyendo.

-Hola, yo soy Maki y tengo 15 años ¿cuantos años tienes tu pequeña?- después señalé mi libro y le dije:
-Se titula "Rebelión en la granja" y trata sobre animalitos.

Miré a la chica y a su libro. Si iba de animalitos tenía que ser muy divertido -Yo tengo 11 añitos- le dije con una gran sonrisa -¿a ti te gustan los animalitos? a mi sí, son muy lindos- le dije sin quitar mi sonrisa de la cara -¿el libro está interesante? ¿que historia tiene?- le pregunté de forma curiosa.

Escarbé un poco en la arena mientras buscaba algo de que hablar -¿vas a vera cruz?- le pregunté para buscar un tema de conversación -Lo pregunto porque el uniforme que llevas es de allí- añadí ¿me habría confundido? lo dudaba bastante.

Cogí un caramelo que tenía en mi bolsillo y me lo metí en la boca -¿Quieres un caramelo? tengo más y están muy buenos, creo que tengo sabor a fresa, limón y menta, pero los de menta son los que menos me gustan porque pican mucho- le dije a Maki -Después de comer el caramelo ¿quieres ir a jugar en la arena conmigo?-