Misión... ¿y en el bosque? suena divertido (Aika, Summer, Aizack, Maki, Akari)

Hoy en clase estaba increíblemente atenta, la razón era que nos habían dicho que iríamos de misión ¡y al bosque! sonaba muy divertido, sobre todo si era de noche -¿Cuando va a ser?- le pregunté al profesor sin dejarlo acabar de hablar. Él me miró no de muy buena manera, yo le devolví la mirada y a continuación respondió a mi pregunta diciendo que sería mañana temprano ¿tenía que madrugar? esto ya no me gustaba tanto, odiaba madrugar, el madrugar y yo éramos eternos enemigos -¿Madrugar? bueno, me despertaré por la mañana, pero no me hago responsable si llego tarde, me tendréis que esperar igual- le dije al profesor con gesto de superioridad, el cual se cansó de mi y me mandó al pasillo -Estaré encantada de pasarme tooodo el día contigo, profesor, me vas a tener que aturar, en el bosque no hay pasillos ¡y ahí no me castigarás porque lo digo yo!- le dije justo antes de salir al pasillo, intentando picar al profesor, parecía haberlo conseguido, porque le cara que se le quedó al profesor es muy cómica -¡Tienes que mirarte al espejo y verás como no vuelves a poner esa cara!- le dije desde fuera de clase, el profesor pasó de mi y siguió con la clase, la cual me estaba mirando -¿que pasa? ¿acaso tengo monos en la cara?- le dije a todos con el ceño fruncido para cerrar de un portazo y sentarme en el suelo ¿que tenía que estar de pie? ja, eso no se lo creía ni el.

La clase pasó bastante rápido, de vez en cuando me asomaba por la ventana para ver lo que estaban haciendo, pero procurando que el profesor no me viera, es más, parecía que me veía todo el mundo menos él, era muy divertido, me daba igual que me pillase, total, ya estaba ahora mismo en un lío, no habría tanta diferencia ¿no? bueno, puede que para un "buen alumno" sí, pero para mi no tanta.

Cuando acabó la clase, entré y cogí mis cosas para irme al dormitorio, tan solo faltaban algunas horas para irnos a aquella misión, decía que iba a ser en grupo ¿con quien me tocaría? daba igual, estaba bastante segura de que yo iba a ser la capitana del equipo, a mi nadie me mandaba, y cuando digo nadie es NADIE, no es nadie menos... es NADIE.

Me acosté en mi cama, saqué mi cola de su escondite y me puse a leer un manga, no me apetecía hacer los deberes, justo entonces me di cuenta de una cosa muy mala ¡Tenía que madrugar un sábado! si la misión era mañana y hoy era viernes, significaba que el sábado tenía que madrugar, en ese momento me dieron ganas de ir a junta del profesor y regañarle por hacerme madrugar un sábado ¿a quien se le ocurre eso? a mi no, ni loca madrugaría ese día de forma normal.

En el cuarto, Sakura seguía como siempre, esa chica me caía bien pero me cocaba mucho demasiado la moral, y a veces no la aguantaba, como aquella vez que me siguió al bosque de noche, y yo que creía que iba a estar sola...

Por la mañana sonó mi despertador, pero yo no me levanté. Suerte que por una razón mágia en inexplicable (mi gato se tiró encima de mi cara) me desperté rápidamente -¡Neko, no hagas eso, tonto!- le grité a mi gato, él dio un maullido que parecía de disculpas y yo le acaricié la cabeza, era difícil enfadarme con mi gato, bueno, más bien mantenerte enfadada mucho tiempo, es que era tan super lindo. Le eché comida y agua para todo el día, así no se quedaría ni hambriento ni sediento, que luego, es muy pesado cuando llego a mi cuarto.

Corrí a la entrada donde habíamos quedado todos -No llegué tarde, así que ni se os ocurra quejaros...- dije muy convencida. El profesor me enseñó su reloj, habían pasado 5 minutos de la hora -Bueno, 5 minutos, no es tanto comparado con el tiempo que me tuviste esperando fuera de clase- le dije en tono de burla ¿solo 5 minutos y ya se ponía así de chulito? lo odiaba.

Cuando llegamos al bosque el profe nos dijo los grupos, yo iría con Summer, Aizack y Maki, excluyendo a Maki, ninguno de los 2 me caía mal, y Maki porque no le conocía, así que no podía decir ni que me cayese bien ni mal.

Se podría decir que había sido una clase "tranquila" hasta ahora, todos prestando atención, tomando notas, el profesor explicando y anotando cosas importantes en la pizarra, incluso podríamos pasar por una clase normal si no fuese por los temas que nos estaban siendo explicados. Se nos estaban dando detalles de una misión grupal que tendríamos que realizar mañana, al parecer tendríamos que ir al bosque, pero antes de que se nos explicara por completo Aika interrumpió, mentiría si dijera que a estas alturas me sorprendía o exaltaba. En casi todas las clases era común que pasara un "escenita" de estas, era casi como si le agradara tener problemas. Decidí ignorar todo eso, no por que me cansara o fastidiara, si no por que simplemente no podia concentrarme en otras cosas ahora, garabateaba rayones sin sentido en mi cuaderno ¿No había opción cierto? aunque no me agradara la idea de tener una misión de ese tipo...tenia que dejar de ser una llorona, si quería convertirme en una exorcista tendría que enfrentar cosas peores, estaba decidido, dejaría de llorar, seria mucho más valiente y justo esta misión era mi oportunidad.

No preste mucha atención al resto de la clase, había estado dibujando y haciendo garabatos en mi cuaderno sobre fantasías y "cosas geniales" que quería ver y hacer, no me había dado cuenta de lo vergonzosos que eran hasta que pare de dibujar para guardar las cosas e irme a mi habitación, cerré de golpe mi cuaderno con un leve sonrojo y sin darle mayor importancia salí del salón.

Decidí pasar por la biblioteca antes de irme a mi habitación, después de todo, mañana seria un día cansado, habría que estar muy atento. A pesar de que nos hubiesen dado detalles sobre el dichoso bosque pensé que podría ser buena idea venir aquí a buscar más información al respecto, no quería ser una carga para mi equipo. Me inquietaba un poco el asunto de los "equipos" no conocía a muchas personas de la clase de exorcismo, trataba de pasar siempre desapercibida y casi nunca me molestaba en buscarles la cara a mis demás compañeros, en fin, podría ser una oportunidad para dejar de ser tan tímida, podría matar dos pájaros de un tiro. Me quede leyendo hasta que la encargada de la biblioteca me pidió retirarme. Ya en mi dormitorio decidí acostarme temprano, no intercambie palabra alguna con mi compañera, solíamos intercambiar una leve sonrisa y luego cada una volvía a lo suyo.

Prepare con cuidado mis cosas, llevaba incluso unas cuantas cosas extra, incluidos unos cuantos dulces y bocadillos, no sabia cuanto tiempo pasaríamos en ese lugar...tal vez estaban de más pero se me había hecho conveniente llevarlos en la mochila también. Una vez preparada salí hacia donde se suponía que debíamos reunirnos.

Poco a poco el pequeño grupo reunido en esa entrada iba aumentando, la única con un pequeño retraso fue Aika, pero en cuanto estuvimos todos nos dirigimos directo al bosque, en el camino note a alguien conocido, que al parecer no había notado antes, se trataba de ese pelinegro con el que me había saltado la clase aquella vez, "Entonces a esto se refería con que le interesaban ciertas clases..." Me sentí en extremo torpe por no haber notado que compartíamos clase mucho antes, incluso tenia un pequeño sonrojo, "Supongo" pensé "Que hay muchos más exorcistas de lo que imaginaba".

Había llegado la hora de que el profesor anunciara los equipos, no podia negar que estaba nerviosa, bastante a decir verdad. Sonreí de forma casi inconsciente cuando mi nombre fue anuncia junto a los de Aizack y Aika, también estaba una "Maki" a quien no conocía en absoluto.

El profesor comenzó con las instrucciones y detalles, al parecer había un demonio suelto por el bosque, no tenían mucha información acerca de este, por eso nos mandaban en grupos, el objetivo era encontrar al demonio y atraparlo. Dicho esto dio la orden de dispersarnos por equipos y empezar la búsqueda.

-Me alegro...-Dije de forma casi inaudible, no, tenia que hablar más fuerte- Me alegro que seamos equipo, estaba algo nerviosa- dije con un tono normal, sonriendole ampliamente a mis compañeros, no negaría que aun me sentía un tanto intranquila, pero el hecho de que fuesen ellos me tranquilizaba bastante.

Hacía realmente poco que había llegado a este lugar, y eso hacía que me sintiera algo extraña. ¿Por qué? Porque me estaba acostumbrando aún a estos lados de Japón; yo había estado todo el tiempo en Osaka... creo que se llamaba así, claro. El caso es que gracias a sentir la presencia de mis queridos y amados hermanos por la ciudad había decidido ir a verlos y a que supieran que los quería muchísimo. En cualquier caso, lo que importaba ahora es que me había perdido. Si quizá eso de llegar a un lugar donde no has estado en tu vida e ir como si fueras Pedro por su casa, hacía que acabaras mirando a un charco en el suelo, conversando con una rana; esperando que el animalito te contara como salir de ese laberinto llamado bosque.

No era muy difícil verme, por favor, iba vestida con colores bastante vistosos. Después de preguntarle inútilmente durante varios minutos como salir del bosquecito a aquella rana decidí encontrar la salida por mí misma. Pues la verdad es que me estaba empezando a gustar aquel lugarcito. No era para nada malo, es más, era tranquilo y se podía escuchar a los animalitos corretear por allí y por allá. Todo lleno de vida, al contrario que Gehenna, claro... ¿Quién querría ir a Gehenna de todos modos? Casi todos mis hermanos habían salido, y lo sabía porque había notado sus presencias por todos lados; algo que los demonios podían hacer... demonios como yo.

No quería llamar la atención, aunque estuviera sola en el bosque, nunca se sabía cuándo podían llegar los humanos. Aunque realmente me gustaba aquella raza, pequeños y realmente frágiles, como si con un simple toque los pudieras romper... ¡Eran tan adorables! Me podría pasar el día abrazándolos y mimándolos, la verdad. Pero eso ahora no venía al caso; el caso es que aún estaba más perdida y tampoco me interesaba que llegaran a capturarme exorcistas... porque había exorcistas, y había de muy buenos; que más decir que mi hermana mayor era una chica dentro del Vaticano.

Y se hizo de día, sí, todo esto había sucedido durante la noche... - ¡Maldita seas oscuridad! -exclamé- "... A veces no se ni para que hablo en voz alta, estoy sola en medio de un triste bosque..." -esta vez, en vez de maldecir en voz alta decidí pensar para mis adentros, de manera que yo y solo yo pudiera escuchar lo que dije. Decidí sentarme bajo un árbol para recuperar un poco de fuerzas, después de estarme la noche entera caminando una debía sentarse un poco y descansar.

Poco a poco noté como todo a mí alrededor desaparecía, y para sernos sinceros tenía algo de sueño. A los pocos minutos ya no estaba ni en Assiah ni en Gehenna, estaba en brazos de Morfeo, teniendo un dulce sueño. Y por alguna razón sabía que estaba en un sueño, como si realmente aún estuviera en ese trance. Como un resorte subí en el árbol... era el simple hecho de haber escuchado voces, sobretodo una gritona y molesta... era de alguien, ¿cómo se llamaba? Ah, sí, tsundere... pude sentir como mi mirada se iluminó al saber qué tipo de personalidad adorable tendría una de las personas que se acercaban a mi posición.

Ahora que lo recordaba, tenía el cuerpo de una humana normal... mientras no me molestaran o se enfrentaran a mí, sería como otra humana más, así que no había problema. Bajé del árbol mientras me acercaba poco a poco con una gran sonrisa hacia ellos. Eran todos muy lindos, la verdad- Hola, me llamo Akari... ¿Buscan algo en especial? -contesté amablemente, intentando que no se notara mucho lo nerviosa que estaba por encontrarme con todos aquellos exorcistas... lo único que deseaba es que fueran novatos y que no quisieran capturar a la Reina del Agua, Egyn... es decir, yo.

Aquel día de clase había comenzado con una rutina completamente normal, o por lo menos  todo lo normal que puede ser una clase de exorcismo. Pero a medida que el tiempo pasó, ocurrió algo que causó que aquel día no fuera como todos los demás. El profesor anunció algo a lo que en un instituto normal los profesores llamarían salida didáctica y los alumnos excursión. Pero esto no era un instituto normal sino una escuela de exorcismo y todos le llamábamos de la misma forma: misión. Todo el mundo estaba emocionado y yo también. Aquella misión suponía mucho más que un simple ejercicio práctico. Suponía romper con la rutina, suponía la promesa de diversión, acción e inolvidables aventuras.  Pero parecía que había una persona que estaba emocionada en exceso. Aika era una chica famosa por sus “bromillas” al profesor. Parecía que le gustaba cabrear al profesor. Debía de sentirse cómoda en el pasillo porque  provocaba constantemente que la expulsaran a el. No creo que nunca llegue a comprenderla.

Cuando las clases terminaron me fui a mi habitación tenía varias cosas que hacer aquella tarde. En primer lugar tenía que pasar por mi dormitorio para coger unos libros que debía devolver en la biblioteca. Cuando esperaba a que la bibliotecaria me atendiera vi sentada en una de las mesas a una chica que me sonaba de las clases de exorcismo. No conocía su nombre pero parecía bastante tímida.

Después de devolver los libros regresé a mi habitación. Allí me senté en mi escritorio, cogí mis libros de texto y me puse a hacer los deberes de matemáticas que nos habían mandado aquella misma mañana. Cuando los termine, me tumbé boca abajo en mi cama y saqué un libro de sudokus para hacer. Cuando ya tenía cinco hechos miré el despertador y decidí que era hora de acostarse ya. Antes de meterme en la cama programe la alarma del despertador para levantarme a la hora y no llegar tarde a la misión.

A la mañana siguiente, como siempre, me desperté cinco minutos antes de que sonará el despertador. Daba igual a que hora lo pusiera, siempre me despertaba cinco minutos antes de que esa molesta alarma lo hiciera. Me levanté de la cama de un salto y cogí del armario uno de mis voluminosos vestidos con estampado de flores y después me puse delante del espejo para peinar la salvaje mata de pelo en la que se convertía mi melena cada mañana. Tras eso salí hacía el bosque.

Cuando llegué allí casi todo el mundo había llegado ya. Casi todo el mundo. Todavía faltaba Aika ¿Por que le gustaría tanto llamar la atención a aquella chica? Al final Aika llegó cinco minutos más tarde y el profesor pudo por fin repartirnos en grupos. En el mío estaban Aika, Summer, la chica que había visto el día anterior en la biblioteca, y Aizack, a quien no conocía de nada. En realidad no conocía demasiado a ninguna de ellos, solo de vista. -Hola, yo soy Maki, creo que no había tenido el placer de hablar con vosotros hasta ahora.- les dije.

En ese momento apareció por allí otra chica que decía llamarse Akari. No me parecía que fuera una estudiante de exorcismo que fuera a participar con nosotros en aquella misión pues preguntaba que buscábamos por allí. Lo mejor sería medir nuestras palabras para no irnos de la lengua con lo que decíamos. Podía ser tan solo una chica que hubiera salido a dar un paseo o bien un demonio que no dudaría en atacarnos. Pensé rápidamente unas palabras que nos delataran pero cuando fui a pronunciarlas Aizack ya se me había adelantado, así que lo dejé ir.

Miré a Summer cuando habló -¿nerviosa? ¿Por qué? Aunque te hubiese tocado otro grupo, no creo que te hubieran tirado a los demonios o comido viva, así que no te preocupes tanto por esas cosas- le dije a la chica con aire calmado y de superioridad para luego mirar mal a profesor ¿se creía más que yo? Eso no lo podía permitir, estaba unos niveles por encima de mi, al igual que sabía más cosas que yo, pero no importa, no me gustaba que nadie me mandase, sabía que hacer perfectamente en cada ocasión yo solita sin la ayuda de nadie. Y si necesitaba ayuda se la pediría a Aizack, que era al que más conocía del todo el grupo, luego a Summer, y por último a la otra chica, que la había visto en clase, y me parecía de estas chaponas que lo único que hacen es estudiar y estudiar, y no se divierten en la vida.

Miré a la chica empollona -Hola empo... digo Maki, yo soy Aika Hiyama y tengo 13 años, y no vallas a decir que aunque sea pequeña no puedo ser fuerte, porque estás muy equivocada, así que no me hagas enfadar y todo irá bien ¿entendido?- le dije con el ceño fruncido y con gesto de superioridad, tenía que mirar para arriba para hablar con ella, pero aún así no creía que tuviese la cara de decirme algo, sería muy fatálico para ella.

Miré al grupo mientras me subía a una roca alta para hablarles -¿Hay que atrapar a un demonio, no? ¡Pues vamos, seguidme, que yo soy la capitana!- le dije a todos con aire de grandeza, nadie me había nombrado capitana, lo sabía, pero yo quería serlo, así que lo era, tan fácil como eso, a demás, no creo que ninguno de los de mi grupo dijese que no me querían de capitana, porque me daría igual, seguiría mandando de la misma forma. Luego me bajé de la roca y comencé a andar hacia delante.

No había ni percorrido 2 metros cuando una chica se puso delante de nosotros, por alguna extraña razón, aquella chica me daba mala espina, como si nos fuese a traer varios problemas, así que no me iba a fiar mucho de ella. -Aizack, ella no es de nuestro grupo, los grupos son de 4, y ya estamos todos...- le dije a mi amigo, luego miré a la chica con el ceño fruncido -¿Nos vienes a espiar? si es así ¡lárgate! y si solo te has perdido, pues por allí está la salida- no quería estar hablando con ella mucho tiempo más -No te voy a decir si buscamos algo en especial o no, eso se queda entre nuestra clase, tan solo te diré que mi nombre es Aika Hiyama. Mis compañeros son: Aizack, Summer y Maki- le dije sin dejar el tono de superioridad y sin dejar de estar algo alterada ¡nos acababa de interrumpir en una misión! -¿Alguna estúpida pregunta más o ya te puedes ir?- ¡quería acabar con esto ya! ¡que se fuera de una vez! esto me estaba alterando mucho.

Volví la vista a mi grupo para verlo ¿por qué no decían nada? ¿acaso temían a la señora o me estaban dejando todo el trabajo sucio a mi? sea la razón que sea ya era momento de irnos yendo.

La cariñosa reacción del pelinegro me sorprendió muchísimo,sonrei algo apenada, el sonrojo era inevitable tal vez poco a poco dejara de hacerlo cuando alguien se me acercaba de tal manera, pero me sentía muy feliz, me alegraba que se alegrara de verme, era una sensación agradable y un tanto desconocida para mi- Y-yo también lo espero-dije aun con aquella sonrisa en mi rostro.

-N-no me referia a ese tipo de nervios...-susurre entre dientes en respuesta a las palabras de Aika, aun así no era de extrañar que tomase esa actitud, tampoco me extrañaba la mirada que le acababa de dedicar al pobre profesor, en cierto modo llegaba a admirar la paciencia de ese hombre. Pase la vista por mis compañeros una vez más, deteniéndome en Maki para dedicarle una sonrisa a modo de saludo antes de que Aika empezara a hablarle de manera un tanto brusca, de esperarse de ella. Tampoco me sorprendió del todo cuando la ojiazul se encontraba sobre una roca gritándonos que era la capitana...¿Si quiera había que tener capitán? suspire asintiendo con una sonrisa, no iba a llevarle la contraria, ademas de que no tenia inconveniente con tener una capitana, tampoco lo tenia con que fuese ella quien ocupara ese puesto.

Entonces empezamos a avanzar o al menos eso nos proponíamos cuando encontramos a una chica de bonitos y dorados cabellos la cual se presento con el nombre de Akari. El primero en cruzar palabra con ella fue Aizack, claro que antes de que la chica lograse responder Aika interrumpió... Era grosera, como siempre, pero en mi opinión esta vez tal vez se estaba pasando, la chica...ella solo estaba siendo amable, incluso se había preocupado en preguntarnos si buscábamos algo.

-¡O-oye Aika!-le alce la voz para arrepentirme al segundo siguiente-N-no creo que debas...que debas hablarle así...-dije con un tono apenas audible con la mirada fija en el suelo, sentía el sonrojo de nuevo en mi rostro.

Miraba con cautela a Akari, se sentía algo extraño que estuviese cerca, tal vez Aika sentía lo mismo y por eso se comportaba así. Aun así podia ser solo alguien que se separo de su grupo o simplemente una chica que decidió tomar un día libre en el bosque, en fin, lo único que tenia asegurado por ahora era un pleito con Aika que definitivamente no quería tener, todo gracias a mi y mi bocota....

Aika era una persona bastante mandona e impulsiva, aunque claro, esto nunca lo diría en voz alta, no me gusta ir por ahí diciendo cosas malas de la gente. Pero hay que admitir que era verdad, se notaba mismo en su manera de presentarse, hablando con un tono de superioridad hacia personas a las que apenas conocía como a mi.  -Claro que no Aika, aun sin conocerte me pareces ya una persona fuerte y decidida, incapaz de abandonar por complicada que sea la empresa. A partir de ahí Aika continuó actuando con impulsividad, parecía ser algo natural en ella. se subió o a una roca y se autoproclamó capitana de nuestro grupo e incluso habló mal a la chica que acababa de llegar. Tal vez fue por ese motivo por el que la joven rubia de ojos azules se marchó sin decir nada más.

Por suerte Aizack, uno de sus amigos, le dio lo que necesitaba. Una pequeña lección. En primer lugar se dirigió hacia Aika con el ceño fruncido. Me gustaría saber lo que pasó por la mente da la chica cuando vio a su amigo acercarse con una expresión de todo menos amigable. Él se quedó o parado un segundo delante de ella y después la coge como si de un saco se tratara, apoyando la cintura de Aika en su hombro. una vez más desearía estar en mente de Aika para poder conocer sus pensamientos. Tras caminar un poco y darle un par de consejos sobre cómo ser un buen líder, Aizack dejá a Aika sobre una roca y nos ofrece la oprtunidad de idear un plan entre todos.
-No tenemos muchos datos sobre el demonio, así que el plan ideado debería ser efectivo ante cualquier clase de demonio- dije yo.

Miré a Summer ¿se atrevía a gritarme de esa manera? De algunas personas me lo habría esperado, pero de Summer no -¡No me grites, Summer! ¿Tienes algo más que decirme a parte de eso?- le dije mientras le miraba de mala manera, era mi amiga y me caía bien ¡Pero nadie se pasaba conmigo! Eso no lo podía permitir ¡Nadie me gritaba y salía de rositas! Esperaba que con mi comentario ya hubiese escarmentado.

Miré a la chica ¿se habría tomado mal mis preguntas? no sé, pero se alejó, mejor, así no nos molestaría más y podríamos seguir más rápido con la misión. Me giré para ver a mis compañeros y vi a Aizack acercarse a mi con cara enfadada. yo también fruncí el ceño, pero antes de que pudiese decir nada me había agarrado y subido a su hombro -¡Aizack, bájame, bájame!- grité mientras empezaba a patalear -Ya no soy una niña pequeña, tonto...- dije mientras miraba hacia otro lado poniendo morritos y con el ceño fruncido, Más que enfadada estaba indignada con esta posición ¡Me había proclamado líder y ahora me llevaban como si de una niña pequeña me tratase! eso lo odiaba. Escuché lo que dijo Aizack -¿Controlar mis emociones y ser objetiva? ¿Cómo se hace eso?- le pregunté al chico con intriga. La verdad es que no lo sabía, no tenía ni idea de como se hacía ninguna de esas 2 cosas, ser objetiva y controlar mis emociones... eso nunca lo había echo ¿o sí? no lo recordaba.

Miré a mi amigo y le devolví la sonrisa. Al escuchar sus palabras miré al resto de mis compañeros, es cierto, ya no estaba sola, tenía compañeros que me ayudaban. Asentí -Lo intentaré, aunque será difícil. Lo de portarse bien con la gente y pensar en estrategias no va conmigo- le dije sinceramente al chico aún algo molesta por la posición en la que estaba. Luego me dejó obre una rocha y escuché su pregunta -¡Yo me pido luchar contra él! y lo del plan es fácil, buscarlo y luego atacarlo, es lo que haría yo...- recodé las palabras de Aizack -Pero como no estoy sola tendré que escuchar lo que dicen todos mis compañeros ¡Pero me pido decidir cual es el mejor plan de todos! Así que ya sabéis chicos, a dar ideas- le dije a todos como si fuera una orden, pero no con el tono que solía poner de superioridad, sino más bien con un tono normal y corriente ¡Tenía que intentar ser buena! al menos esta vez, al fin y al cabo, estaba con amigos.

Miré a Summer -Summer, yo... siento lo de antes ¡Es que no me gusta que me griten! ¿Me perdonas?- le dije con una pequeña sonrisa, al final si iba a resultar que podía cambiar, al menos un poquito, era más agradable estar con tus amigos que cualquier otra cosa, y por una vez en mi vida no me sentía sola.